En varias comunidades autónomas, no se puede escriturar la compraventa de una vivienda sin cédula de habitabilidad. En otras sí, aunque su función la sustituyen otros documentos. Sigue leyendo.
¿Para qué sirve la cédula de habitabilidad?
La cédula de habitabilidad es un documento emitido por un arquitecto, un técnico, un aparejador o un ingeniero de la edificación que certifica que tu vivienda cumple todos los requisitos para destinarla como residencia.
Es un documento imprescindible por ley en algunas zonas para vender un piso o alquilarlo, así como para dar de alta los suministros. Si aún no lo tienes, al vender un piso te ayudamos a expedirlo de la manera más rápida, de la mano de uno de nuestros arquitectos técnicos.
El profesional efectuará una inspección técnica del inmueble de forma presencial, donde evaluará las instalaciones eléctricas y sanitarias, la accesibilidad, la seguridad, entre otros, y te enviará el certificado directamente a tu correo electrónico.
¿En qué comunidades autónomas es obligatoria la cédula de habitabilidad?
La cédula de habitabilidad es un documento obligatorio por ley en estas comunidades autónomas:
- Asturias
- Canarias
- Cantabria
- Catalunya
- Extremadura
- La Rioja
- Murcia
- Navarra
- Balears
En la Comunitat Valenciana, es obligatoria la declaración responsable para la segunda y posteriores ocupaciones de viviendas, que acredita que cualquier vivienda cumple la normativa técnica sobre habitabilidad.
La cédula de habitabilidad ya no es necesaria para escriturar la compraventa de una vivienda en Madrid, Galicia, País Vasco, Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha y Castilla y León.
En estos lugares se utilizan otros documentos que justifiquen la condición de habitabilidad antes de escriturar una vivienda, como la licencia de primera ocupación, la Inspección Técnica del Edificio (ITE) o el Informe de Evaluación de Edificios (IEE).
¿Qué pasa si vendo una casa sin cédula de habitabilidad?
Vender un inmueble sin este documento, en aquellas regiones donde es obligatorio, puede traer complicaciones en los trámites posteriores.
El principal de los problemas es la inseguridad. Vivir (o alquilar) un inmueble que no ha pasado el examen que indique que es habitable es un peligro y puede tener consecuencias graves para el nuevo propietario o el arrendatario.
Además, utilizar un inmueble como vivienda sin cédula de habitabilidad es ilegal, por lo cual será complicado defenderse ante un juez en caso de que el problema escale a los tribunales.